Científicos descubrieron que virus de la parálisis en abejas o también llamada infección IAPV se propaga como troyano y está haciendo estragos en las colonias de abejas de Estados Unidos.
Para defenderse de patógenos una colonia adopta estrategias de distanciamiento, pero un virus troyano en las abejas, puede atacar a otros miembros de la colonia sin ser detectado.
Igualmente, la infección por IAPV da como resultado cambios conductuales y fisiológicos que podrían aumentar la transmisión entre colonias. El virus podría aprovechar la apicultura moderna para aumentar su virulencia.
Descubrir la capacidad de propagación
Primero los investigadores observaron que las abejas sanas evitaban el contacto con las abejas infectadas. La trofalaxia se redujo a menos de la mitad.
Sin embargo, no fue por falta de intentos: las abejas enfermas se movían alrededor de la colonia más que otras abejas, probablemente buscando a alguien que las alimentara.
Además del distanciamiento, las grabaciones permitieron descubrir que el virus parece tener un contraataque alarmante.
Cuando las abejas enfermas intentan ingresar en una colonia diferente a la suya, vulneran mejor la seguridad de las abejas guardianas.
Eso ha llevado a los científicos a especular que el virus ha desarrollado una forma de propagarse y de vulnerar las defensas naturales de las colonias.
Caballo de Troya
Las abejas son particularmente vulnerables a las enfermedades infecciosas: viven en condiciones de hacinamiento y se tocan todo el tiempo. Claro está, que sus sistemas inmunes son débiles en comparación con otros insectos.
Dependen en cambio de comportamientos higiénicos, como el aseo o la eliminación de larvas enfermas.
El aumento de la población humana ha impulsado la demanda de servicios de polinización.
La intensificación y globalización resultante del manejo de las abejas melíferas ha coincidido con una mayor presión de patógenos.
El virus de la parálisis aguda
No se comprende muy bien como el virus logra vulnerar las defensas, puede ser porque altera la abundancia de varios hidrocarburos cuticulares, que diferían entre los grupos enfermos y sanos.
La infección por virus de la parálisis aguda israelí produce unos niveles más bajos de octacosano, lo que se asocia con una mayor aceptación por parte de otras abejas.
Las abejas infectadas también eran más sumisas cuando los guardias las desafiaban y tenían más probabilidades de ofrecerles comida, y esos comportamientos también pueden ayudarlas a propagar la enfermedad.
Otras patologías
El virus IAPV no es el único problema que pueden traer estas abejas troyanas. Los recién llegados también pueden portar el ácaro Varroa, que ha diezmado las poblaciones de abejas en todo el mundo y sumar la Nosemosis siempre presente en las colmenas y que ataca cuando estas se debilitan.
Finalmente, los cambios antropogénicos crean entornos evolutivamente novedosos que presentan oportunidades para enfermedades emergentes, lo que puede cambiar el equilibrio entre el huésped y el patógeno.
“Si el virus de la parálisis ayuda a la propagación de estos otros patógenos, eso podría ser un gran problema para los apicultores que agrupan colonias en un mismo lugar para lograr más productividad. Es muy poco lo que pueden hacer si sospechan una infección de este virus”
Revista PNS
Finalmente, se debe resaltar la necesidad crítica de comprender cómo la manipulación humana de las especies manejadas puede conducir a una mayor presión de patógenos.
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2 comentarios
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Amy C. Geffre, et al.. (2020). Honey bee virus causes context-dependent changes in host social behavior. Proceedings of the National Academy of Sciences, 117 | No. 19, disponible en: https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2002268117