Una ola de calor extremo tiene en alerta a la apicultura y las abejas. El año 2022 amenaza ser «muy malo» para los apicultores de Europa, nunca visto en treinta años.
La ola de calor extremo no solo debilita a los mamíferos, y la biodiversidad. Las abejas Apis mellifera también sufren fuertemente.
Falta de alimentos, incendios, pero además el calor disminuye la fertilidad de la reina, afectando a la colmena. En el interior, los recursos acumulados para el invierno comienzan a ser consumidos.
El calor extremo provoca sequía, incendios, evaporación de nectarios y afectan la postura de la reina Apis mellifera.
Para algunos apicultores, la conclusión de un año colocado bajo el signo de la calamidad y que pone en riesgo la supervivencia de sus abejas y acecha implacable los hábitats.

Temperaturas suben sobre 40 grados
El clima extremo de julio no solo afecta a los humanos. Las abejas, también sufren los incendios descontrolados, pérdida de hábitat, sequía extrema, hambre, en la colmena y reducción de la postura
Igualmente, este año provocó, una falsa primavera, provocó gran pérdida de abejas en todos lados y dejó a los apicultores desconcertados.

Ola de calor nunca visto en treinta años
Además de la vegetación debilitada, bosques consumidos por el fuego, las abejas prefieren permanecer en el nido por este clima cálido, para ventilar y mantener la temperatura para proteger a la reina.
«Las flores pasan más rápido o se secan, las abejas se comen, las reservas de miel, las altas temperaturas causan estragos desatando incendios que devastan todo«
Evaporación de nectarios, hambre para las abejas
Las altas temperaturas por la ola de calor extremo produce una sequía intensa. Las flores están sometidas a un estrés inmenso y disminuyen la producción de néctar y un gran porcentaje termina secándose, a los polinizadores cada vez les cuesta más encontrar néctar para llevar a la colmena.

Grandes incendios y pérdida de biodiversidad
La ola de calor extremo y las tormentas secas han provocado grandes incendios, pérdida de biodiversidad.
Entre las actividades más afectadas, la apicultura, turismo, agricultura, que sufren el impacto directo de la perdida de la biodiversidad.

Las olas de calor extremo y un planeta recalentado
Cada vez es más difícil para los apicultores mantener abejas vivas. Nuestro mal manejo de los recursos, han ocasionado enormes extensiones de hábitat. Erosión, deforestación, aumentan las temperaturas, provoca las hambrunas en la fauna, los insectos y toda la cadena trófica se ve afectada.
Finalmente, las soluciones pasan por dar más apoyo al sector de la apicultura, que como actividad pecuaria no solo comprende a las abejas, sino también a los hábitats.
Castillo Arias, Marianela. Profesora de apicultura y gestora de comunidades – Socia de Ecocolmena