Durante cien millones de años, las abejas Apis mellifera y los polinizadores silvestres han encontrado en la naturaleza su alimentación, nutrición y medicinas.
Marla Spivac
Un medio ambiente rico y equilibrado
El medio ambiente, en equilibrio y la buena nutrición, mejora la salud de las abejas, mantiene su sistema inmunológico fuerte y las colonias prosperaban por la tierra. Sin embargo, la alimentación y nutrición de las abejas Apis mellifera hoy está amenazada por múltiples factores.
La naturaleza proporcionaba todo lo que necesitaban para su correcto desarrollo, abundante polen, néctar fresco y agua limpia, o así fue, al menos, durante millones de años. Sin embargo, desde la revolución industrial y el comienzo de la agricultura intensiva, hasta nuestros días, ese hábitat, equilibrado y abundante, ha sido eliminado y reemplazado por monocultivos de grandes extensiones, grandes ciudades y un campo enrarecido por los químicos.
El medio ambiente ha sido degradado y grandes cantidades de químicos agrarios son rociados en todo el planeta, contaminando agua, tierra y aire. A ello, debemos sumar los devastadores efectos del Cambio Climático. Esto ha provocado una mala nutrición a las abejas o desnutrición permanente, debido a ello, su sistema inmunológico se ha debilitado, siendo cada vez más difícil que pueda defenderse de enfermedades.
Las abejas y los humanos en el neolítico
La interacción temprana de las abejas con el hombre comenzó por allá en el neolítico, con el sedentarismo, los primeros asentamientos de humanos y el inicio de la agricultura.
Entonces, las abejas y polinizadores silvestres tenían a disposición una variedad de comida ilimitada y los primeros humanos disfrutaban de una rica, pura y nutritiva miel. Como dice el dicho: «Todo era miel sobre hojuelas». Los humanos tenían pequeños cultivos y las abejas, hacían sus siembras más abundantes.

La Cueva de la Araña de Bicorp
Los primeros registros de temprana interacción de humanos con las abejas, están grabados en una cueva en Valencia, España. La Cueva de la Araña de Bicorp
La agricultura, a pequeña escala, dejaba espacio para que las abejas melliferas y los polinizadores silvestres hicieran su trabajo en selvas, bosques y montañas y la miel era recolectada de estas colmenas naturales.

El apiario más antiguo encontrado en Israel
«En 2005, 30 cilindros de arcilla fueron encontrados en la antigua ciudad de Tel Rehov. El colmenar, probablemente albergaba hasta 200 colmenas y más de 1 millón de abejas de hace 3.000 años… Cada colmena tiene un agujero en un lado que habría servido como «piquera» y una tapa en el lado opuesto para dar a los apicultores acceso al panal. Identificaron restos de abejas, incluidas obreras, zánganos, pupas y larvas.
Curiosamente, parece que las abejas fueron importadas de Turquía, dejando evidencia de una agricultura muy sofisticada, lo que tendría sentido considerando que Turquía fue donde la agricultura moderna comenzó.
Las abejas turcas eran conocidas por ser mucho menos agresivas y producían más miel que las abejas sirias.» Texto Clara Moskowitz

Una simbiosis exitosa flor-polinizador
Se dice que la simbiosis polinizador-flor configuró la vida del planeta, tan importantes como el plancton en el mar son los polinizadores sobre la tierra.
Pero, los polinizadores, dependen de las flores para esta simbiosis exitosa y viceversa. Su trabajo de polinización, ha logrado un medioambiente biodiverso, sano, rico y capaz de albergar y sostener la vida de toda la cadena trófica. Sin embargo, los humanos hemos alterado ese equilibrio.


La alimentación y nutrición de las abejas. La clave para sobrevivir
No es un secreto que la clave de un buen sistema inmunitario para cualquier ser biológico está directamente ligado con su alimentación y sanidad.
En el caso de las abejas no es diferente. La alimentación floral variada, nutritiva, medicinal, además de su organización social, ha sido la causa de que sobrevivieran a extinciones masivas. Pero, ¿Qué pasa si alteramos, reducimos o eliminamos sus alimentos?
Entonces, ¿Qué ha cambiado?
La apicultura contemporánea e intensiva ya no logra que la naturaleza soporte las necesidades de las abejas, los polinizadores silvestres también están sufriendo hambrunas cada vez más frecuentes.
La nutrición de las abejas cada vez más pobre y con suplementos artificiales hace que su sistema inmunológico se ve fuertemente afectado. A ello se suma enfermedades importantes como Varroa, Loque, Nosema, Aethina tumida, las cuales no logran combatir.
Las causas más frecuentes de la desnutrición de las abejas
- Deforestación intensiva
- Cambio Climático
- Desfases fenológicos florales
- Fumigaciones químicas agrarias.
- Mala gestión del apicultor
- Esquilmación de la miel en las colmenas
- Enfermedades como Varroa, Nosemosis, Loque americana, etc.
- Depredadores foráneos
La importancia de los alimentos en la colmena
La evolución de las abejas, Apis mellifera, nos demuestra que recolectan no solo lo que ellas necesitan individualmente, sino para toda la colonia. sin embargo, ¿Qué ocurre en la colmena si no existen alimentos suficientes fuera?
Las abejas contemporáneas están sometidas a un enorme estrés por conseguir alimentos y mejorar su nutrición, a ello debemos sumar el aumento de las patologías. En el interior de la colmena muchas veces se viven las consecuencias de las hambrunas que, como resultado, dan sistemas inmunológicos incapaces de defenderse de enfermedades.

La alimentación de las abejas se basa en agua, néctar, polen, miel, propoleos, minerales. Eso es suficiente para que estén fisiológicamente fuertes y puedan combatir las enfermedades. Pero, ¿Qué ocurre si no hay alimentos suficientes en el hábitat?


La pequeña apicultura
Hasta la creación de las colmenas Langstroth la apicultura era fijista y a pequeña escala. Se realizaba sin fines productivos y en la naturaleza miles de enjambres seguían viviendo en cuevas, trocos de árboles, cavidades o colmenas fijas para consumo familiar. Su alimentación era natural y no había ninguna intervención por parte de los apicultores.
La alimentación era abundante y variada, había menos patologías y las abejas estaban fisiológicamente más fuertes.

Agricultura y apicultura intensiva
Eso cambió por allá en el 1900 con la invención de la colmena móvil. Desde la creación de la colmena Langstroth, con la intervención y modificación de los panales y el paso de abejas, la apicultura da un vuelco y se comienza a realizar trashumancia. Comienza la apicultura a gran escala industrial.
La apicultura es considerada una actividad pecuaria y como tal, dependen de los apicultores para su sanidad y alimentación. El cambio de la pequeña agricultura de subsistencia familiar, a una apicultura industrial a gran escala y la degradación de los ecosistemas, altero dramáticamente la vida de las abejas.

Campos con químicos, abejas sin flores.
Nadie puede negar que las abejas están sometidas a permanentes deficiencias alimentarias, que además estos últimos años han ido aumentando de forma dramática.
La deforestación intensiva, para cambio a uso de suelos cultivables agrarios de grandes extensiones, deja un paisaje desfavorable para la vida, no solo para los polinizadores silvestres y abejas melíferas, también para la fauna en general y los humanos.
La abeja que mantiene el equilibrio está expuesta al peligro
Resulta contradictorio, que entre más deforestamos para producir alimento al ganado, más sometemos a hambrunas, a los polinizadores silvestres y abejas melliferas, que, justamente, polinizan las hierbas que estos necesitan para alimentarse y de paso dañamos el planeta forma irreversible.
Nunca en su historia de cien millones de años, las abejas, estuvieron sometidas a tantos químicos en flores, agua, aire, tanta deforestación y tanta hambruna. A esto, debemos agregar los últimos ingredientes. Enfermedades y Cambio Climático.
Un cóctel peligroso, que nos lleva a pensar si las abejas están preparadas para sobrevivir a una próxima sexta extinción masiva, como la que enfrentaremos sin dudarlo.
Cambio de uso de suelos deja sin alimento a las abejas
El cambio de uso de suelos para crianza, bobina y producción de carnes, altera drásticamente el paisaje. Enormes extensiones de terreno literalmente sin biodiversidad. A eso se suma una peligrosa exposición de fitosanitarios por todo el mundo. Claro está, no podemos seguir teniendo miles de colmenas si el ambiente no puede sustentarlo.

Agricultura intensiva. Alimentación tóxica
La apicultura intensiva y la polinización en grandes plantaciones extensivas como los campos de almendros en California, también terminan por minar el sistema inmunitario de las abejas, a esto agregar las enfermedades maltratadas.
La apicultura contemporánea
Como apicultores enfrentamos todos sin excepción el mismo problema. ¿De dónde sacamos alimentos suficientes y variados para nuestras abejas, después de la primavera?
Por ello, estamos obligados a alimentar con piensos artificiales. Algunos pequeños apicultores conscientes del problema, dejan a sus colmenas suficiente miel y néctar para pasar el largo y frio invierno, no obstante, el Cambio Climático y los desfases florales, impide algunas veces que las abejas tengan suficientes reservas.
Para ello, existe una amplia gama de piensos con nutrientes que sirven de apoyo a las abejas en el duro y frio invierno. Sin embargo, esta no es la panacea.
Primera fase de la alimentación de las abejas
«En las primeras etapas de vida, una vez eclosionado el huevo, las larvas reciben una especie de papilla, rica en sustancias nitrogenadas, capaz de hacerlas crecer a un ritmo sorprendente: en solo 4 días se duplican diez veces su peso.
La sustancia dotada de esta extraordinaria capacidad de formación de tejidos es la jalea real, que es secretada por las jóvenes abejas obreras nodrizas y administrada a las crías sin restricciones para que las larvas se sumerjan totalmente en ella.
A partir del segundo día se inicia un nuevo tipo de alimentación a base de polen que, mezclado con miel y agua, se pone a disposición de las larvas a razón de unas 1200 visitas por celda al día hasta el momento del operculado.
Es precisamente en este período que la colonia requiere grandes cantidades de sustancias proteicas; de hecho, una alimentación nutricional equilibrada de la cría depende de su disponibilidad, que siempre es muy voraz. El polen acumulado en los panales es de vital importancia para el desarrollo de la colonia y su carencia es un grave factor limitante.»

Racionamiento en caso de falta de alimentos
«En caso de escasa disponibilidad de este alimento, las nodrizas lo racionan para cubrir las demandas de todas las larvas, pero esto determina un crecimiento defectuoso de las futuras abejas.»
Una situación de este tipo conduce a una peligrosa disminución del progreso de la población, lo que puede tener consecuencias muy graves, especialmente si se produce en un momento de fuerte suministro de néctar.
En relación con la alimentación, la fase metamórfica de la larva operculada representa un paréntesis durante el cual la abeja joven comienza a depender de sí misma.»
La nutrición de los primeros días de abeja adulta
A partir de los primeros días de vida adulta, su dieta se va despojando de sustancias proteicas en función de su progresiva maduración anatómica y fisiológica, que se considera completa en 15-20 días.
A partir de este momento, la «función social» de la abeja experimenta un cambio radical: de hecho, comienza a operar fuera de la colmena, realizando una intensa actividad física.
Por su gran importancia práctica, cabe destacar la estrecha relación entre la población que sobrevive al invierno y la cantidad de polen disponible en otoño.»
Fuente: Cuadernos de Apicultura, 1991, 10:14-17
Partimos de la base de que el principal alimento es el néctar, la miel y el polen
Sabemos que la mejor alimentación de las abejas para su correcta nutrición, es lo que ellas recolectan para su colmena, sin embargo, cada vez más, con mayor frecuencia, los apicultores tienen que recurrir. a la nutrición de las colonias y esto básicamente por dos motivos.
Por un lado, tenemos la progresiva degradación del ecosistema que tiende a reducir las fuentes de alimento de las abejas, por otro la tendencia a retirar cada vez mayores cantidades de miel con la excusa de tener que conseguir cada vez mayores rendimientos.
Cuidado. No puedes extraer mucha miel
Para concluir, hay que añadir que en una apicultura bien planificada nunca se debe extraer tanta miel como para obligar a las abejas a depender exclusivamente del alimento que les proporciona el criador.
También hay que considerar que las colonias estimuladas por aportes externos de alimento son potencialmente dependientes y candidatas a la inanición si la producción de miel esperada como resultado de la maniobra especulativa del apicultor resulta ser cuantitativamente menor debido, por ejemplo, a condiciones climáticas adversas. (Falsas primaveras)
En este caso la técnica nos muestra su lado negativo y nos obliga a intervenir con la fuente de alimentación de apoyo o mantenimiento. En el cuadro 2 se muestran algunos ejemplos de raciones de alimentos.
Fuente: Cuadernos de Apicultura, 1991, 10:14-17
Nutrición de apoyo o mantenimiento por el apicultor
«El invierno y la preparación de la invernada es una estación critica si las abejas, además si no han quedado con suficientes reservas alimentarias, las bajas temperaturas, la humedad, el frío o cualquier inconveniente en el clima, irá en desmedro del crecimiento, buen desarrollo de la colonia e incluso la muerte.
Una adecuada alimentación y nutrición de las abejas, especialmente si va acompañada de correctas prácticas apícolas, puede representar el medio más adecuado para llevar a cabo una gestión táctica de la cría.
Por ello distinguimos dos tipos de alimentos: sólidos (o pastosos) y líquidos, ambos compuestos por productos apícolas o compuestos similares capaces de sustituirlos.

Tortas proteicas para sostén o mantenimiento
«Como componente proteico de la dieta y nutrición de las abejas, el polen es difícil de reemplazar, aunque se puede recurrir a harina de pescado, harina de leguminosas (soja, haba, garbanzos), levadura, leche en polvo, etc. Su uso debe recomendarse solo por períodos cortos, también porque algunas de estas sustancias tienden naturalmente a fermentar.
Para tener una idea más precisa de las dificultades encontradas para reemplazar el polen en la alimentación de las abejas, debemos considerar que muchas investigaciones realizadas sobre este tema han demostrado que el único sustituto verdaderamente válido es… el polen.»
Alimentación líquida para incentivar
La alimentación líquida es usada mayormente en primavera y verano, se puede dar miel diluida, jarabe diluido azucarado. Busca que las abejas la conviertan en energía y que esa energía sirva para estirar cera y que aumente la cría con el posterior crecimiento de la colonia.
En la naturaleza, las abejas lo harían gradualmente de acuerdo a la oferta de néctar del los árboles y flores de la estación. Al haber más alimento, inducen a la reina a poner para aumentar la población de obreras para recolección del alimento y trabajo dentro de la colmena
Las recomendaciones de Carmelo Salvachúa sobre la alimentación, experto en apicultura, son las siguientes:
- Alimentación líquida muy fluida de fácil absorción para la abeja
- Ingredientes sanos, miel, azúcares del tipo sacarosa orgánica, polen, agua limpia y otros productos saludables para las abejas.
- Aplicación en pequeñas cantidades para que las abejas no lo almacenen
- Verificar el equilibrio para que las colmenas, no crezcan tanto de acuerdo a lo que avanza el campo
- Tener cuidado con las falsas primaveras, en donde la colmena se lanza y el tiempo no acompaña

¿Podrán sobrevivir las abejas Apis mellifera a una sexta extinción masiva en las condiciones de mala nutrición que se encuentran?
Las abejas se alimentan de todo lo disponible de acuerdo al hábitat en que están, pero mayoritariamente, de pequeñas flores de pradera, tomillo, lavandas, orégano, romero, diente de león, trébol, flores silvestres, etc.
Además, de plantas medicinales que crecen espontáneamente en estos lugares como la salvia, menta, ortiga, borraja, etc. También sabemos que visitan hongos, musgos, etc. especialmente micelios.
Una variedad que aportan suficientes nutrientes, minerales y medicinas al complejo organismo de las abejas, que además han estado en simbiosis durante millones de años.
Un supermercado natural cada vez más vacío
El problema es que el supermercado de la naturaleza está cada vez más vacío, lo cual, es un grave peligro para la supervivencia y nutrición de los polinizadores en general. Los colmenares son ubicados en lugares que a lo largo de la campaña apícola no ofrecen una variedad floral importante.
Pedimos a las abejas producción, sabiendo que no hay flores para su nutrición, además, les ponemos medicamentos sabiendo que su sistema inmunológico está debilitado por desnutrición. Algo aquí no cuadra en absoluto, hay un desequilibrio en donde abeja y polinizador están en una constante perdida y peligro y es urgente resolver el problema de fondo.
Nuestra misión como apicultores. La recuperación de hábitats
Desde Ecocolmena creemos que la única solución es atacar el problema de raíz, esto significa, que debemos regenerar los hábitats degradados, para ello, hemos diseñado el proyecto «Islas de polinización en apiarios autosustentables»
Esto significa que la isla aprovecha los recursos naturales como el agua de lluvia, energía solar y la auto replantación de semillas, se autorregenera.
Con ello damos alimentación y nutrición abundante y variada, además de agua y riego a las plantas de los apiarios, a menudo rodeados de siembra de cereales, provocando un menor desgaste de vuelo en las pecoreadoras.
Apicultura en la ciudad
En muchas ciudades de Europa la apicultura urbana ya se está practicando con gran éxito. Parques azoteas de edificios, cementerios y lugares eriazos, acogen a las abejas que encuentran en la ciudad gran variedad de alimentación libre de químicos.
Agricultores conscientes con la apicultura
Una de las principales causas de las mortandades de abejas es precisamente el manejo que hacen los agricultores con los fitosanitarios. Cada año miles de colmenas y millones de abejas mueren por estas prácticas agrícolas.
Hablar con los apicultores y pedir en arriendo las áreas de alrededor del apiario para sembrar prado melífero es una alternativa bastante viable. Mejora el medioambiente de los polinizadores del área, por ende, aumenta la productividad de los cultivos. Poner líneas florales entre siembras de cereales para favorecer un corredor de alimentos para ellos, ayudar a controlar plagas, etc. Este sistema, ya se está implementando en algunos `países de la UE.
Manejo zootécnico de las abejas
Sabemos mucho sobre la biología de las abejas, también entendemos que la ecología sobre la que interactúa el insecto está degradada debe mejorarse. Conocemos su morfología y fisiología y aún se sigue estudiando científicamente temas relacionados con las patologías. Sin embargo: aún hay un tema al debe y tiene que ver con su manejo ganadero.
La apicultura moderna necesita apicultores que se capaciten profesionalmente. Que recaben más información que proviene del comportamiento biológico de sus abejas, como comportamiento higiénico y acicalamiento de manera sistémica, con un método, un orden.
Además, se necesita regenerar urgentemente el hábitat dañado, no se puede tener abejas si no hay oferta floral. No es viable ni para las abejas melliferas, ni para los polinizadores silvestres.
En este sentido, la apicultura actual requiere actualizar a los apicultores y gestionarse de forma técnico profesional. Mata más abejas en el mundo, un apicultor sin capacitación que las propias enfermedades.
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Castillo Arias, Marianela. (2022). Manual de Sanidad Apícola (1a. ed.). España, Guadalajara: Ecocolmena. Profesora de apicultura y gestora de comunidades – Socia de Ecocolmena
Un comentario
EXCELENTE INVESTIGACIÓN